viernes, 13 de diciembre de 2013

¿ESTAMOS REFORESTANDO DE LA MANERA CORRECTA?



De acuerdo con Semarnat, reforestar es “establecer vegetación arbórea en terrenos con aptitud forestal. Consiste en plantar árboles donde ya no existen o quedan pocos; así como su cuidado para que se desarrollen adecuadamente.” Bajo esta premisa el gobierno federal ha lanzado iniciativas como la caldenorista Proárbol o en este nuevo sexenio el programa Desarrollo Sustentable de Bosques. Sin embargo los expertos son escépticos. Por ejemplo, en el texto La reproducción de las plantas: semillas y meristemos de Carlos Vázquez Yanes et.al. los autores son tajantes: “En las campañas de reforestación, recuperación de suelos y control de la erosión se prefiere utilizar sólo pocas especies de árboles”. Una práctica que de acuerdo con los expertos es “tomar el camino fácil”. Y ponen el ejemplo de Brasil, en donde “los principales árboles usados para reforestar y producir celulosa son eucaliptos, pinos y araucarias, a pesar de que dicho país cuenta también con una inmensa riqueza forestal nativa”.

Por lo visto, en nuestro país también se ha “tomado el camino fácil”; al menos así lo ha venido diciendo Greenpeace. Durante el sexenio pasado, la ONG fue muy crítica con el programa Proárbol y sus resultados. Greenpeace denunció que al menos 15 millones de árboles plantados como parte del programa son especies exóticas, lo que está prohibido por la Ley General de Vida Silvestre y la Ley General de Desarrollo Forestal Sustentable. En una entrevista publicada en 2009 por El Universal, Greenpeace afirma que las especies exóticas utilizadas por Proárbol afectan el ecosistema y no son factibles en las regiones áridas que las autoridades eligieron para plantarlas. El programa reportó un 58% de éxito… aunque para Greenpeace y otras ONG ambientalistas, no hay evidencia científica de ello. 

Es decir: no reforestamos de manera correcta. 


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